lunes, 6 de septiembre de 2010

JORGE BELL INMORTAL DEL DEPORTE PETROMACORISANO


SAN PEDRO DE MACORIS.- George Antonio Bell fue profeta en Canadá, en las Grandes Ligas y en el país por su condición de inmortal del deporte dominicano.

Pero uno de los grandes artilleros del béisbol de los 80’s no era profeta en la ciudad que lo trajo al mundo en el otoño de 1959, San Pedro de Macorís.

Bell, quien vio la luz un 21 de octubre, ha sido escogido para ingresar al templo de la inmortalidad de Deportistas Petromacorisanos, que lo exaltará en el ceremonial del domingo 12 a celebrarse en el salón principal del Hotel Macorís de esta ciudad.

Con el otrora toletero de los Azulejos de Toronto se completa el listado de los atletas, deportistas y propulsores a ser inmortalizados en el acto del día 12 que patrocinará el Ministerio de Deportes y Recreación (MIDEREC), informó el ingeniero Juan Eric Yermenos, presidente del Salón de la Fama de Deportistas Petromacorisanos.

Dijo que con Bell también serán elevados a la inmortalidad el ex-pelotero Manuel Emilio Jiménez (El Mulo), el polista Kalil Haché (El Chino), el levantador de pesas San Lázaro de la Cruz (Saro), el ex-atleta olímpico de tiro al plato Domingo Lorenzo Conde (fallecido), los propulsores ingeniero Bienvenido Martínez Brea (Bebecito), Luciano Alvarez (Cabo Cleto), Sergio Michel Paoli (Butico) y el fallecido ex-boxeador profesional Carlos Pérez (El Zurdo del Higuamo).

Bell pertenece al selecto grupo de jugadores dominicanos que han conquistado el premio de “Jugador Más Valioso” en cualquiera de las ligas mayores y uno de los pocos que ha ganado un liderato de cuadrangulares.

Logró ambos hitos en la temporada de 1987 cuando alcanzó las cifras más redondas de una notable carrera que inició en 1981 con el equipo canadiense de los Azulejos de Toronto y finalizó en 1993 con los Medias Blancas de Chicago.
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> Ese año George Antonio tuvo una de sus dos únicas temporadas con al menos 100 anotadas, 11 impulsadas y .300 de promedio. Despachó 47 jonrones, líder de las grandesligas, y sus 134 carreras producidas también encabezaron a los todos los remolcadores del nuevo circuito. Bell promedió average de .308 en 665 turnos al bate, conectó 188 imparables en 156 partidos, y completó su gran año con 32 dobles, 111 anotadas y otro liderato de bases alcanzadas con 369.

Había abrazado el estrellado en 1984, pero fue dos temporadas después que Bell hizo explosión con el madero, promediando .309, con 101 carreras anotadas, 108 remolcadas, 31 jonrones, 198 indiscutibles, su máxima producción en un año; y 38 batazos de dos bases.

Bell se retiró después de la campaña del 93 con 265 jonrones, 1002 carreras impulsadas, 814 anotadas, 1702 imparables en 6,586 visitas al plato y 1,587 juegos jugados, además de 308 dobles y respetable .278 de promedio. Firmado originalmente por los Filis de Filadelfia en 1978, Bell llegó mediante la Regla 5 en 1980 y se estableció con Toronto desde 1981 hasta el 90, jugó para los Cachorros de Chicago en 1991, donde llegó como pieza de cambio por Sammy Sosa y Ken Patterson, y los dos últimos años los pasó con los White Sox.

Es uno de tres jugadores dominicanos que ha conectado al menos 40 jonrones con la franquicia de Toronto. Su hazaña del 87 fue emulada en el 2000 por Tony Batista, quien fletó 41, y este año José Bautista ha disparado 43 hasta la fecha.

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