martes, 11 de febrero de 2014

Velan en Quisqueya el cadáver de Alcibíades Domingo Wilson; lo sepultarán este martes a las 10 de la mañana

POR FRANCIS ANIBAL 
SAN PEDRO DE MACORIS. El cadáver del corresponsal periodístico Alcibíades Domingo Wilson es velado desde la tarde de este lunes en la que fuera su residencia del Barrio La Cueva de Quisqueya.
Su cadáver fue traslado a la vivienda desde el Instituto del Cáncer Heriberto Peter de Santo Domingo a donde falleció luego de un edema cerebral que le provocó un estado de coma, muriendo media hora después.
A la residencia de sus familiares han acudido numerosas personas, entre comunicadores y amigos.
Su sepelio está programado para las 10 de la mañana y no a las 4 de la tarde como se había dicho en principio, en el cementerio de esa comunidad.
Sus familiares, al hablar con este reportero, dijeron tener un grato recuerdo de su pariente el día anterior a su fallecimiento.
Cuentan que ese día conversaba con ellos, quienes le colocaron en un celular el tema de Marinito Pérez titulado “La Ruta Desaparecida”, que le gustaba bastante.
A modo de chanza dijo que si tuviera un trago en ese momento se lo bebería, como una muestra de satisfacción al escuchar la popular bachata.
Además les dijo que no gastaran más dinero en él y que no lo llevaran al Instituto del Cáncer, donde se le practicaría una biopsia.
Cuenta que éste estaba de buen humor y que durante el viaje no se quejó de ningún dolor, contrario a otros días.
Sin embargo, una vez en el referido instituto, comenzó a dar signos de complicaciones y el médico definió  su estado como delicado.
Expresaron que éste había caído en un estado de coma cerebral, recomendando el médico que no lo movieran porque no duraría más de una hora.
Indicaron que unos 15 minutos de haber dicho eso, se diagnosticaba su muerte en el mismo centro de salud de Santo Domingo, a donde lo habían llevado en varias ocasiones.
Su esposa Yolanda dice que, aunque sabía de su estado de gravedad producto de un cáncer de mama que hizo metátasis en su cuello y en otras partes de la cabeza, nunca quiso que llegara el momento de verlo en un ataúd.
“Se ha ido una leyenda”, dijo entre sollozos la esposa del comunicador, quien duró más de 40 años ejerciendo el periodismo tanto en Radio Dial como en otros medios de comunicación de Santo Domingo.

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