SANTO DOMINGO.- En un estadio olímpico “Félix Sánchez” atestado de bote en bote por feligreses evangélicos, el reverendo Ezequiel Molina Rosario, presidente del Ministerio La Batalla de la Fe, sugirió este primer día del 2010 la legalización de los estupefacientes como medio de lucha contra el narcotráfico.
El líder religioso aseguró que quienes participan en el negocio de las drogas no favorecen su legalización porque el precio bajaría y la ganancia sería menor.
Tildó de hipócrita la lucha que se lleva contra el narco y afirmó que los jueces temen juzgar a los narcotraficantes porque ellos y sus familias no tienen protección.
Molina Rosario sentenció que los jueces tienen miedo de juzgar a narcotraficantes, porque tienen familias y no tienen quien los respalde, los proteja y defienda.
Al pronunciar el sermón “Llamado divino al orden eterno" se preguntó el viernes ¿por qué no se legaliza la droga, al igual que los tantos vicios permitidos como el alcohol y el tabaco?, para enseguida responderse que lo que pasa es que hay un problema de oferta y demanda y si se legaliza baja de precio y los empresarios quiebran.
Consideró que la lucha contra las drogas es la hipocresía y la mentira con que nos están engañando todos estos gobiernos.
“¿No sería más honesto y menos sangriento legalizar un vicio más, que mantener la intranquilidad mundial?” preguntó a la multitud.
Afirmó que en el país como en el resto del mundo está de moda el sicariato y el secuestro, lo que dijo es insoportable, ya que no se puede salir de noche y hay que ponerle hierros a las casas, alarmas a los vehículos, salir con guardaespaldas, “es una realidad, es un estado de inseguridad general”.
Llamado al continenteEl pastor Molina hizo un llamado al orden, al afirmar que “las personas responsables y serias estamos llorando” ya que los delincuentes son los que dicen a dónde se puede ir o no y hasta qué hora se puede andar en las calles.
“Hacemos un llamado de regreso al orden a las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC), al Frente de Liberación Farabundo Martí de El Salvador, a los Tupamaros de Uruguay, al Sendero Luminoso del Perú y a cualquiera otra banda organizada que pueda haber, a todos los gobiernos corruptos y cómplices que en contubernio con la peor delincuencia nos están desgobernando”, dijo.
Problema familiarConsideró que el país está viviendo una inversión de valores, lo que crea confusión principalmente en la juventud, que está padeciendo una crisis de identidad.
Eso es fruto, según dijo, del desorden familiar, generador de delincuentes candidatos al vicio y a la maldad, que deja como resultado padres de muchos hijos y responsables de ningunos y madres de muchos hijos de padres diferentes.
Antes de iniciar su sermón, el pastor Molina pidió a Dios por los políticos del país, especialmente por el presidente Leonel Fernández y por Miguel Vargas Maldonado. Les solicitó a todos que respeten al pueblo.
Solicitó a los partidos que les permitan al pueblo elegir a sus representantes, que no vendan los cargos públicos al mejor postor, que detengan la corrupción de la democracia.
“Permitan que la gente puedan creer en ustedes”, aconsejó el pastor Molina Rosario.
El líder religioso aseguró que quienes participan en el negocio de las drogas no favorecen su legalización porque el precio bajaría y la ganancia sería menor.
Tildó de hipócrita la lucha que se lleva contra el narco y afirmó que los jueces temen juzgar a los narcotraficantes porque ellos y sus familias no tienen protección.
Molina Rosario sentenció que los jueces tienen miedo de juzgar a narcotraficantes, porque tienen familias y no tienen quien los respalde, los proteja y defienda.
Al pronunciar el sermón “Llamado divino al orden eterno" se preguntó el viernes ¿por qué no se legaliza la droga, al igual que los tantos vicios permitidos como el alcohol y el tabaco?, para enseguida responderse que lo que pasa es que hay un problema de oferta y demanda y si se legaliza baja de precio y los empresarios quiebran.
Consideró que la lucha contra las drogas es la hipocresía y la mentira con que nos están engañando todos estos gobiernos.
“¿No sería más honesto y menos sangriento legalizar un vicio más, que mantener la intranquilidad mundial?” preguntó a la multitud.
Afirmó que en el país como en el resto del mundo está de moda el sicariato y el secuestro, lo que dijo es insoportable, ya que no se puede salir de noche y hay que ponerle hierros a las casas, alarmas a los vehículos, salir con guardaespaldas, “es una realidad, es un estado de inseguridad general”.
Llamado al continenteEl pastor Molina hizo un llamado al orden, al afirmar que “las personas responsables y serias estamos llorando” ya que los delincuentes son los que dicen a dónde se puede ir o no y hasta qué hora se puede andar en las calles.
“Hacemos un llamado de regreso al orden a las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC), al Frente de Liberación Farabundo Martí de El Salvador, a los Tupamaros de Uruguay, al Sendero Luminoso del Perú y a cualquiera otra banda organizada que pueda haber, a todos los gobiernos corruptos y cómplices que en contubernio con la peor delincuencia nos están desgobernando”, dijo.
Problema familiarConsideró que el país está viviendo una inversión de valores, lo que crea confusión principalmente en la juventud, que está padeciendo una crisis de identidad.
Eso es fruto, según dijo, del desorden familiar, generador de delincuentes candidatos al vicio y a la maldad, que deja como resultado padres de muchos hijos y responsables de ningunos y madres de muchos hijos de padres diferentes.
Antes de iniciar su sermón, el pastor Molina pidió a Dios por los políticos del país, especialmente por el presidente Leonel Fernández y por Miguel Vargas Maldonado. Les solicitó a todos que respeten al pueblo.
Solicitó a los partidos que les permitan al pueblo elegir a sus representantes, que no vendan los cargos públicos al mejor postor, que detengan la corrupción de la democracia.
“Permitan que la gente puedan creer en ustedes”, aconsejó el pastor Molina Rosario.
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