Murió hoy en la comunidad de Maguá, en Sabana de la Mar, una serpiente de dos cabezas que había sido capturada en las aguas del río de esa localidad y era mantenida en cautiverio en el patio de una vivienda.
Conformes a datos de la familia Trinidad Mota, quienes decidieron quedarse con el animal después de su captura, el reptil que era alimentado con carne y huevo, entró en estado de “tristeza”, lo que le provocó el apetito y la sed.
La serpiente desde el principio debió ser rescatada por el Ministerio Medio Ambiente y regresada a su hábitat o enviarla el Zoológico para su cuidado y estudio, pero las autoridades hicieron caso omiso al hallazgo, que pudo haber aportado a las investigaciones científicas de la vida animal en la zona.
EL hallazgo del reptil, ocurrido el lunes dos de diciembre pasado, causó interés científico y asombro entre los lugareños de Sabana de la Mar, quienes narraron que era la segunda ocasión que aparecían serpientes con la misma características en las aguas del río Maguá.
Maguá es una comunidad costera que basa su economía en la producción de cacao, arroz de ciénagas y la ganadería, pero donde es común la existencia de serpientes grandes.
El reptil fue localizado por jóvenes que disfrutaban de un baño en las aguas del río Maguá, que desemboca al mar.
El animal capturado y llevado a la casa de la familia Trinidad Mota, donde cientos de personas corrieron a ver el fenómeno.
Muchos asociaron la serpiente con lo narrado en el libro de Revelación sobre los tiempos Apocalípticos, donde una serpiente de siete cabezas dominaría la vida en la tierra.
Otros sin embargo, aseguraban que se trataba de una deformación congénita en el animal que medía alrededor de dos metros de largo y un peso de 15 libras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario