jueves, 16 de enero de 2014

Multitud abandona casa del brujo “Pití” en Verón al ver no resucitó Muchos creen está vivo y que resucitó el martes al mediodía


MANUEL ANTONIO VEGA
VERÓN, HIGÜEY.- La multitud que abarrotó la casa de Rafael Lidiano (Piti), el brujo más famoso de Verón, Punta Cana de Higüey, comenzó a retirarse esta tarde de la residencia, al ver que no resucitó como le prometió a familiares y clientes fieles a sus prédicas budistas y de sortilegios.
A medida que pasan las horas cada vez más se va quedando sin gente la casa, que ahora solo es visitada por familiares y los vecinos más cercanos.
Se recuerda que “Pití”, como era conocido ampliamente el hechicero, murió el pasado fin de semana y sepultado el lunes en medio de un ritual lleno de realismo mágico, envuelto en loas a los seres, toques de trompetas y baterías, y salpicado de whisky y clerén.
La comunidad dominico-haitiana residente en Villa Playwood, Verón, rindió el último adiós a los restos mortales de Rafael Lidiano, “El Brujo Tití”, considerado el más famoso y adinerado de la zona turística.
El sepelio más que una ceremonia fúnebre se convirtió en una fiesta de palos, donde las “montaderas” y las invocaciones a los espíritus que realizaban sus seguidores y familiares más cercanos, matizaron el folklórico entierro.
Muerte rara
Para familiares y creyentes de las manifestaciones mágico-religiosas, la muerte de Tití fue misteriosa, murió como un pajarito, pese a aplicarse sus propias medicinas curativas.
El Brujo fue declarado muerto, pero no fue enterrado hasta bien entrada la tarde del martes, porque sus familiares estaban esperando que reviviera a la media noche del martes o ayer jueves.
Creen esta vivo
Para los fundamentalistas de la religiosidad popular, el misticismo y la hechicería, su supuesta resurrección tuvo lugar el pasado martes, las 12:00 del mediodía.
Andrea Henríquez, que se consideró la mejor vecina del difunto brujo, dijo que exactamente a las 2:15 de la tarde de ese día, el brujo llegó caminando a su residencia, con su aspecto normal y vestido con su traje negro, tal como fue enterrado, pero estaba descalzo.
“Lidiano saludó a todos los vecinos que estaban en su casa, “aunque no habló con nadie, entró y fue directamente a su altar, donde duró como cinco minutos haciendo musarañas, cogió algunas cosas que tenía que coger de su altar y luego desapareció”, sostiene con pasión desbordada la mujer.
Tanto Henríquez, como Jaison Bautista Luna, María Pier y la que todos llaman “La Cocinera”, testificaron que cientos de personas lo vieron vivo y caminando, el martes.
Yolanda Lidiano, hermana del fallecido, informó que su hermano murió muy joven, ya que al momento del suceso apenas contaba con 35 años.
Entre lágrimas y sollozando dijo: “Yo quería mucho a mi hermano, que era una persona muy buena y siempre me llamaba con cariño para hablar conmigo, y ahora no tengo a nadie que me llame ni que me ayude en el país, y no sé que voy a hacer”.
Murió en el hospital
El brujo murió en el hospital de Higüey, donde fue llevado con fuerte dolores de cabeza y estómago, tras tomarse una pócima o brebaje preparado por el mismo.
“Fui a verlo y de ahí en adelante no volvió a reaccionar más”, dijo su hermana, para más adelante agregar que “creo que a mi hermano lo mataron por envidia porque estaba progresando mucho”.
Al brujo Pití le sobreviven sus hijos Eriberto, Leonel y Rafael, que creen también que la muerte de su padre fue provocada, aunque no explican por qué y con qué.
Lo cierto es que ahora Rafael Lidiano o el “Brujo Pití” pasó con su muerte a ser una leyenda de la religiosidad popular en la zona Este del país, muy particularmente de Verón, Punta Cana de Higüey.

  



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