Las declaraciones del merenguero Toño Rosario han sorprendido a muchos. “Estoy en bancarrota” ha dicho uno de los integrantes de la dinastía Rosario, y de inmediato comenzaron las especulaciones en torno a esta confesión que llegó al mundo gracias a “Primer Impacto”, espacio de la cadena Univisión.
¿Dónde quedó el dinero que por años acumuló el artista? Él sólo atinó a responder a Tony Dandrade, quien hizo la entrevista, que había hecho malos negocios y a eso le sumó las malas influencias. “Siempre hay malos negocios que se dejan llevar por malas personas que te dicen vamos hacer un negocio y en ese negocio estás pensando que te va a ir bien cuando todo cambia y ahí viene el fracaso”, sostuvo el intérprete de “Beso a beso”, que ha puesto en el tapete el tema que ha dado pie para analizar si son buenos comerciantes los artistas.
El maestro Dioni Fernández, que tiene más de 35 años en el arte, asegura que los artistas hacen una actividad comercial como cualquier otro dominicano, y en ese sentido cualquier mala decisión está sujeta a llevarlo al fracaso.
Cita Dioni que “cuando los artistas son populares no advierten a tiempo las posibilidades de los malos negocios, sobre todo por las malas compañías, que por lo general le dan malos consejos”, insiste en que “el artista no es un buen comerciante”.
Algo parecido entiende René Solís, experto en contabilidad y mánager de los Hermanos Rosario, quien deja claro que el artista como persona se ve expuesto a muchas situaciones que se dan en cualquier profesión de la vida. Recordó que no sólo en el arte, sino, en todas las profesiones, una persona pasa por diferentes etapas y las menciona. “Hay una etapa floreciente y de productividad, y como todo en la vida, pasa el tiempo y llegan los relevos, y nos damos cuenta que ya no es igual. Uno tiene que pensar que no siempre las cosas serán así”, es importante -agregó Solís-, recordar el famoso refrán “guardar pan para mayo y harina para abril”.
Para el economista y catedrático de INTEC, Luis Vargas, el que un artista sea bueno o malo en los negocios es un tema amplio en el que se deben analizar muchas variantes, lo que sí está claro es que ellos también son empresas y que en ese sentido muchas veces los artistas no tienen la disciplina, y no lo entienden.
“Deben entender que las inversiones que hacen deben ser rentables. Ellos son parte del show business y es un negocio”, sostiene el catedrático. Toño es sólo uno de los tantos casos de quiebra que se han registrado en el arte nacional e internacional en los últimos años. Según Dioni, muchos prefieren no ventilarlo públicamente.
Casos de fuera
Olga Tañón. La llamada “Mujer de fuego” y su esposo y representante Billy Denizard se declararon legalmente en quiebra en Florida en el 2010. ¿El motivo? Deudas por cerca de US$7.2 millones. Según su declaración voluntaria, la cantante percibía en ese entonces ingresos mensuales de más de US$38,000, pero sus gastos ascendían a una cifra mayor.
Kim Basinger. La actriz, conocida por sus roles en películas como Batman, se declaró en bancarrota en 1993.
Basinger perdió una demanda por US$8.1 millones contra Main Line Pictures por retirarse de la película Boxing Helena, que eventualmente fue un fracaso de taquilla. La actriz debió vender el pequeño pueblo de Braselton, Georgia, que había comprado en US$20 millones en 1989, con el propósito de convertirlo en una atracción turística.
Pamela Anderson. La ex chica Baywatch declaró en el 2011 que no estaba pasando su mejor momento económico, con rumores de quiebra inclusive, y para intentar salir de esta situación, demandó a su ex pareja por una propiedad en Las Vegas.
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