WASHINGTON.- Las autoridades federales de Estados Unidos declararon este domingo una emergencia de salud pública al confirmarse una veintena de casos de gripe porcina en California, Texas, Nueva York, Ohio y Kansas. Medida basada en la certeza epidemiológica de que ya es demasiado tarde para contener el virulento brote con epicentro en México. Altos cargos de la Administración Obama han insistido en que todos los casos confirmados hasta el momento, incluidos ocho estudiantes de un instituto de bachillerato en Nueva York, no están resultando tan graves como los de México, donde ochenta personas han perdido la vida desde la segunda semana de abril.
Esta diferencia de letalidad a ambos lados de la frontera del río Grande constituye por ahora un misterio médico. En un intento de llamar la atención del público pero sin provocar alarmas innecesarias, el gobierno estadounidense ha comparado su declaración de emergencia con los preparativos y avisos habituales, por ejemplo, ante la llegada de un huracán. No obstante, la decisión gubernamental implica dedicar toda una serie de recursos para el diagnostico, tratamiento y prevención de la gripe porcina. Janet Napolitano, titular del Departamento de Seguridad Interior, ha indicado que la declaración de una emergencia no supone la aplicación de cuarentenas generalizadas, lo que correspondería a autoridades locales y estatales. Hasta mañana martes no se espera que la Organización Mundial de la Salud se plantee una grave declaración de pandemia. La ministra Napolitano ha confirmado que el gobierno federal se dispone a liberar el equivalente a un 25 % de sus reservas estratégicas de anti-virales, el equivalente a doce millones de dosis del fármaco Tamiflu producido por la compañía Roche. Además de recalcar que no se han detectado problemas en el suministro de alimentos, recordando que la gente no se puede contagiar de la gripe porcina por consumir carne de cerdo.
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