lunes, 1 de diciembre de 2014

Haitianos abandonan bateyes e invaden ciudades del Este

MANUEL ANTONIO VEGA

HATO MAYOR.- Casi de manera masiva, los haitianos que antes se veían haciendo filas en los chuchos de caña en comunidades bateyeras, se han ido mudando a la zona urbana de ciudades como Hato Mayor, La Romana, San Pedro de Macorís, Higüey y El Seibo.

La presencia haitiana está llevando preocupación, debido a que muchos se han dedicado a delinquir y a comercializar drogas narcóticas, amén de que han ido desplazando la mano de obra dominicano en las áreas agrícolas, la construcción y se están, introduciendo en las zonas turísticas de Higüey, La Romana y Juan Dolio.

En Hato Mayor la presencia haitiana es más notoria en los barrios Las Malvinas, Los Cocos, La China, San José, Los Multis, Reza Hincado, Villa Ortega, Punta de Garza y otros de la parte norte, sur y oeste.
Se cree que en Verón y Punta Cana, hay más haitianos que dominicanos, teniendo zonas privilegiadas como el Hoyo de Friusa, Haití Chiquito, Villa Pleibook

La ciudad de San Pedro de Macorís, La Romana, El Seibo e Higüey son hormigueros de los hombres de tez negra, que buscan encontrar un lugar o refugio que le haga una vida más digna, que la que vivían en Haití.

Según lo que ocurre, todo indica que las autoridades deberían estar lo suficientemente preocupadas por la creciente inmigración haitiana en las ciudades del Este del país.

La presencia haitiana además está acarreando un problema sanitario en Hato Mayor, debido a que muchos se mudan en boca-calles, sin contar con sanitarios o retretes, teniendo que hacer sus necesidades fisiológicas en fundas y pedazos de periódicos, que luego lanzan como onda al aire y caen en solares yermos y arroyos que circundan la ciudad, originando olores asqueante.
En hospitales del Este, las haitianas están pariendo más que las dominicanas, lo que origina otro problema de ilegalidad y natalidad.

Se estima que más de 8 mil nacionales haitianos hacen vida en la provincia de Hato Mayor, realizando actividades de recolección de china, limpieza, chapeo, la construcción, cobradores de guagua, entre otras actividades, incluyendo las ilícitas como vender drogas, atracar, asaltar y matar gente.

Un informe indica que en sólo seis meses nacieron en el país 337 niños haitianos en tres hospitales del Sur, pero en la provincia de Hato Mayor la situación es más grave porque mensualmente alumbran entre 15 y 20 mujeres de origen haitianos en los hospitales de Sabana de la Mar, El Valle y Hato Mayor del Rey, que son los municipios que conforman la provincia.

Es cada vez más creciente el número de inmigrantes negros, quienes generan quejas entre los dominicanos por el desplazamiento que hacen a la mano de obra local.

El haitiano va permeando progresivamente el componente social dominicano y usted lo ve en Hato Mayor, La Romana, San Pedro de Macorís, Higüey en las construcciones, en los negocios informales, en las casas de familias, en las calles pidiendo, entre otros renglones.

Los haitianos huyen de su país impulsados por el hambre y una miseria ancestral incontrolable, que cada día más golpea a esa hermana nación.
Los políticos allí combinan su incapacidad con un afán por depredar lo que produce el Estado.

Se carece de iniciativas de cambios y de una visión que conjure una de las mayores pobrezas del mundo.

Esto se contrapone con una República Dominicana de economía pujante y donde existen mejores condiciones de vida, pero que las migraciones están haciendo daños.

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