Los fumadores en Italia enfrentan ahora multas de hasta 500 euros (600 dólares) si encienden un cigarrillo en un automóvil en el que se encuentre un niño o una mujer embarazada, o si arrojan una colilla de cigarrillo en la calle, luego de que entraron en efecto ayer nuevas leyes de salud y medio ambiente.
La prohibición de fumar se extiende de oficinas, restaurantes, cinemas y otros lugares públicos a esferas más privadas, como lo es un automóvil. Además se enfocan específicamente en hospitales pediátricos y otras instalaciones médicas de atención a mujeres embarazadas y recién nacidos, en un esfuerzo por reducir las entre 70.000 y 83.000 muertes anuales que el gobierno atribuye al humo de tabaco.
Las medidas son parte de una nueva ley ajustada a regulaciones de la Unión Europea destinadas a disuadir a gente joven de adquirir el hábito del tabaquismo. Éstas imponen fuertes multas a tenderos que vendan cigarrillos a menores de edad y a productores que hagan campañas de comercialización dirigidas a ellos, y además incluyen nuevas advertencias en los paquetes de cigarrillos.
La ley separada que prohíbe arrojar colillas de cigarrillos en la calle es parte de una regulación contra la basura que sanciona a quien escupe goma de mascar o arroja recibos de compras en la calle.
Piergiorgio Benvenuti, presidente de EcoItalia Solidale, dijo que a diario se fuman aproximadamente 11 millones de cigarrillos en Roma, la mitad de los cuales son arrojados a la calle, donde a menudo quedan atrapados en el adoquín.
"Este es un enorme impacto ambiental", agregó, y señaló que se necesitan entre cinco y 12 años para que un cigarrillo se desintegre. "Aparte de cómo se ve y lo mucho que cuesta a Roma limpiar esto".
Roberta Pacifici, directora del Departamento de Tabaco, Drogas y Alcohol del Instituto Superior de Salud, dijo que espera que las nuevas medidas conduzcan a una nueva disminución de los índices de tabaquismo en toda Italia, como ocurrió cuando se introdujeron las primeras prohibiciones.
La prohibición de fumar en automóviles "tendrá un enorme valor educacional" para la gente joven, agregó.
Stefan Mihailovic, un estudiante de 21 años de la Universidad John Cabot de Roma, elogió la iniciativa, aunque admitió que las multas dolerán.
"Pienso que será bueno porque puede limpiar la ciudad, la cual está bastante sucia".
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