sábado, 20 de octubre de 2012


Mi nuevo amigo.
Descargar 207260_159773307417718_100001551502866_345750_6708932_n.jpg (48.4 KB)Llegue´ a mi casa con la cara risueña sin poder ocultarla y todo, porque luego de terminado el juego de softbol que realizamos todos los sábados en la liga Tony Caro, decidimos irnos a casa de un amigo que vive por el tres y medio, este amigo y jugador es un fanático del canto y tiene una habilidad increíble en cuando cocinar.
Al llegar e instalarnos en su marquesina, comenzó a preparar un karaoke y luego todos los muchachos empezaron a cantar y a bailar las diferentes pistas que  salían, mi amigo  empezó a preparar un sancocho de cabeza de pescado y unos domplines acompañados de Paco fis.
¡Qué bueno estaba ese sancocho!
Pero la risa mía comenzó cuando ya nos habíamos tomado par de cervezas presidente y uno que otro pote del contenido de ron blanco que les gusta a varios de los jugadores entre ellos a Tony y a Ramón.
Cuando ese vecino de mi amigo entro´ al ser llamado por el micrófono y por su famoso apodo, ahí mismo empecé yo a reírme, primero por el nombre como fue llamado antes de entrar y luego por su figura y su simpatía, un señor de unos cincuenta y ocho a sesenta años de edad aproximadamente. Luego de saludarlo y darle mi nombre, él me dio el suyo también.
Detenidamente me puse a analizar a este personaje y comentando con mi amigo Soriano le dije:
-Tú puedes estar seguro, que este hombre tan amigable no es de aquí de San Pedro.
-Es cierto- me contesto´ Soriano- parece Seybano…
-A mi me parece Cibaeño o de la línea del Sur, y aparte de eso creo que debe haber sido guardia o policía por sus jocosidades, su nombre y su físico- le conteste a Soriano.
El tiempo fue pasando y yo sin poder aguantarme le pregunte´ que de donde era oriundo y cuál era su trabajo, me contesto´ que era de Villa Tapia, un pueblo lejano del Cibao central, perteneciente a la provincia Hermanas Mirabal, que es un capitán pensionado y que había estado de servicio en todos los pueblos del país como un policía serio y decente de los pocos que han existido, que se quedo´ viviendo aquí y también me dijo que con ese nombre que me choco´ tanto a mí,  lo conocen en el país entero y que cualquier cosa que necesitemos de él, con sus buenas amistades y relaciones que ha cosechado en todas las provincias, solo hay que llamarlo…
Tony Caro empezó de nuevo a llamarlo por el micrófono cuando ya estábamos sirviendo el sancocho y desde entonces no he dejado de sonreír al recordar ese momento de tertulia y me resuenan al oído los llamados que se les hacían y que llegaban hasta su casa vecina de donde estábamos.
-Mama teta, mama teta…, por favor venga a comer su sancocho.
Así fue que me dio su nombre y es llamado y conocido por todos mi nuevo amigo…

Autor: Lic. Luis Alberto Pérez Ubiera

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