Un francés heredó una casa en Évreux, a unos 100 kilómetros en el este de París, y encontró en ella un total de 100 kilos de oro escondidos bajo los muebles, en el cuarto de baño o en una caja de whisky, informaron ayer los medios locales.
Los 100 kilos, cuyo valor se ha estimado en unos 3,5 millones de euros, estaban repartidos en dos barras de oro de 12 kilos cada una, 37 lingotes de un kilo y 5.000 pequeñas piezas, precisa el semanario "La Dépêche".
El antiguo dueño los había comprado legalmente durante los años 50 y 60 del siglo XX y tenía certificados de autenticidad, agregó el mismo medio.
Además del nuevo propietario, el Estado francés también se podría beneficiar de este inesperado hallazgo, pues, según establece la ley de sucesiones, le corresponde hasta el 45 % del valor económico del oro.
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