Durante el 2010 los precios de la canasta familiar experimentaron variaciones de un 25 a un 30%, debido a condiciones externas e internas, pues a principios de año, la tragedia que destrozó a la vecina nación de Haití provocó una escalada alcista de los principales productos comestibles en ambos países.
Además, provocó que los dominicanos tuvieran que desembolsar más del salario mínimo para adquirir los productos de la canasta familiar. El sueldo mínimo oscila entre RD$3,900 hasta RD$ 8,400 y no varió positivamente durante el año.
La alteración en los precios se produce por la gran demanda de que fue objeto la República Dominicana tras el colapso de las industrias haitianas, por lo que se volcaron al mercado dominicano, y éste se vio obligado a producir bienes para las dos naciones.
Esta situación degeneró en crisis en los meses de febrero y marzo en productos como las harinas, pastas alimenticias, galletas, el arroz y el azúcar en su distintas presentaciones, refina y crema, lo que ocasionó una gran escasez en el mes de abril.
Después de la catástrofe de Haití, el azúcar se cotizó a 25 pesos la libra y el saco costaba en la zona fronteriza RD$1,900 y en el Central Azucarero RD$1,200. Tras la paulatina recuperación del vecino país, el saco de azúcar crema está a RD$1,275 y la libra a RD$20, mientras que el saco de refina se cotiza a RD$1, 375 y la libra a RD$25.
Asimismo, el 2010, que abrió con una extraordinaria cosecha de arroz, cuantificada en 12 millones de quintales, de los cuales se exportaron 60 mil quintales a mercados internacionales se ha mantenido, pese a la demanda, estable, vendiéndose en el mercado nacional entre 15 a 25 pesos, dependiendo la calidad y el empaque.
Otro producto importante de la canasta familiar dominicana son las habichuelas, cuya producción nacional es de 300 mil quintales y el consumo de 800 mil al año, por lo que la exportación asciende a 500 mil quintales.
Actualmente la libra de habichuela jira se cotiza a RD$40 la libra, a RD$32 la roja.
Sin embargo, la mitad de la habichuela negra que se consume en el país es suministrada por el mercado chino. La importación se hace debido a que la República Dominicana tiene una deuda con Venezuela de US$1,745.8 millones por el acuerdo con Petrocaribe, la cual el Gobierno acordó pagarla con frijoles negros y otros comestibles.
Los precios de las habichuelas produjeron grandes ganancias a los productores que pudieron vender sus cosechas a buen precio, no obstantes esos beneficios resultaron en mayores gastos para los consumidores que tuvieron que desembolsar más dinero para adquirir el producto.
La harina de trigo también tuvo una gran demanda a raíz de lo ocurrido en Haití, y registró un aumento durante el año, cotizándose actualmente a RD$20 la libra y derivados, como el pan, a RD$3 la unidad.
En cuanto a la producción del café y el cacao, las exportaciones se han mantenido en un nivel preferencial y el precio para los consumidores continúan siendo asequible, vendiéndose a RD$10 el sobrecito de café y a RD$5 la tabla de chocolate.
Pese a las inundaciones, consecuencias de las fuertes lluvias ocurridas en el país, los precios de los vegetales como la berenjena, ajíes, tayota y tomate se mantienen, aunque algunos sufrieron leve aumento.
Asimismo, este año fue estelar para la producción de cebolla, llegándose a importar en el 2010 más que en años anteriores, registrando mayores ganancias a sus productores. En cambio, los cultivadores de plátanos y guineos no corrieron con igual suerte, puesto que los víveres tuvieron un crecimiento hacia la baja, sin embargo este año no fue necesario importar papas.
Un artículo imprescindible en la alimentación diaria del dominicano es la carne de pollo, la cual este año aumentó 5 pesos más que el año anterior, pues en el 2009 se vendía a RD$32 y 35 la libra y actualmente a RD$40 y 45 la libra.
Un ingrediente de la canasta familiar que registró un aumento exorbitante fue el aceite de soya, que en el 2009 se cotizó a RD$190 el galón y este año a RD$ 230. Esto se mantuvo fluctuando durante el 2010.También las sardinas, el bacalao y la pica pica han tenido un ligero incremento en los precios
Comerciantes opinan
El presidente de la Federación Nacional de Comerciantes y Empresarios de la República Dominicana (FENACERD), Ricardo Rosario, considera que en sentido general en el país ha habido un crecimiento en el sector agropecuario durante tres años consecutivos, sin embargo el sector comercial no ha tenido un ministro que proteja a los comerciantes como el de agropecuaria.
Sostuvo que al sector comercial organizado no se le ha dado importancia en cuanto al otorgamiento de permisos para la importación de productos a la República Dominicana.
Otros aspectos
No sólo la tragedia de Haití y las lluvias incidieron en el aumento de la canasta familiar, sino también los suelos y su fertilidad se integran como elemento fundamental en la producción de los productos que integran la canasta básica de la familia dominicana.
En la República Dominicana se aplican métodos que propician la agricultura orgánica en pequeña escala, con bajo costo de insumos y alta productividad. Resulta vital, sobre todo, para los agricultores campesinos producir más alimentos en menos espacio, con más calidad. Pero, todo ello sólo es posible si se conserva la fertilidad de los suelos.
Uno de los procedimientos empleados en la agricultura orgánica es el “Método Biointensivo”, utilizado en más de 130 países, el cual contribuye a reducir la contaminación y el deterioro de los suelos que hayan sido dañados por elementos nocivos y contaminantes del medio ambiente.
También la deforestación ha afectado la producción de alimentos; algunos cultivos de ciclo corto han sufrido debido a los agudos aguaceros y tormentas tropicales, las cuales han intensificado la erosión de los terrenos.
Otro factor es que el 70% de la tierra productiva del país está en manos de un pequeño grupo de terratenientes, empresarios agrícolas y transnacionales, que no necesariamente la tienen produciendo. Unido esto a la que se dirige a la exportación y al 30% de las tierras secas o de montañas que no sirven para producir alimentos.
También la carencia de políticas agrícolas estatales repercute negativamente, entre otros factores, en la canasta básica de la población.
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