sábado, 23 de abril de 2011

PADRE ANGEL DICE SOCIEDAD HA SIDO ASESINADA POR UNOS POCOS

SAN PEDRO DE MACORÍS.-El Padre Ángel Díaz Gil, Vicario parroquial de la Catedral San Pedro Apóstol, manifestó, al pronunciar la homilía en la liturgia celebra el viernes santo, que la sociedad en caos ha sido asesinada como Jesús por unos pocos por la ausencia de Dios en sus corazones.

Dijo que cuando los hombres y mujeres actúan al margen de Jesús, sus conciencias se vuelven laxas y pasa a un último nivel la honradez y la justicia, el amor y el perdón, el diálogo y la reconciliación.

Manifestó que junto al drama de Jesús, el caos que vive la patria, representado en los crímenes horrendos perpetrados por los actores de la guerra, también está personalizado en el llanto de las viudas, en el gemido de los huérfanos lavados sus cuerpos por la sangre de los suyos.

Expresó que hay que pensar en los hermanos secuestrados que día a día puestos en las manos y en las mentes de hombres y mujeres sin escrúpulos y sin estima por la vida, acarician el frio de la tumba.

“La humanidad sin Dios, es una fiera salvaje que no tiene límites excepto el de su instinto; la humanidad sin Dios, es el huracán que arrasa con los de su propia especie, la humanidad sin Dios deja de ser humana.”

El sacerdote pidió que hagamos que junto con Cristo, en este Viernes Santo, resuciten nuevas posibilidades de trabajo y que muera el desempleo, además de que en el mundo se enaltezca el progreso y que muera a su vez la malsana competencia que vuelve a las personas cadáveres andantes.

“Como fruto de este Viernes Santo, el amor por la vida debe ser mayor y nuestro compromiso por instaurar en el mundo la cultura de la vida se ha de convertir en la más grande glorificación para Jesucristo Nuestro Señor.” Señaló.

“Hermanos y hermanas, la experiencia de este Viernes Santo nos debe llevar a pensar las realidades de muerte que nos circundan y en medio de ellas tener la capacidad de ver a Jesús resucitado; por la muerte y resurrección de Jesús, nosotros también hemos de resucitar, hemos de morir a las esclavitudes que nos oprimen, se ha de generar en nosotros un firme deseo por vivir el evangelio que nos permitirá ser hombres y mujeres nuevos que han muerto al odio, al rencor y a la destrucción, así como a los propósitos de muerte y de violencia; resucitar con Cristo nos hace falta para entender que en el otro también está Él.”

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