El cuerpo de un chef dominicano que fue asesinado de varios disparos, hace dos semanas en momentos en que llegaba a su casa en horas de la madrugada, tras terminar su jornada de trabajo en el municipio de Luquillo de Puerto Rico, fue sepultado ayer en esta ciudad.
El sepelio de Nolis Antonio Mercedes, de 36 años, nativo de esta ciudad de El Seibo, se produjo en medio de llantos y reclamos de justicia de sus familiares y amigos, especialmente de su esposa Dahiana Kingsley.
Algunos familiares que viajaron de la Isla del Encanto lamentaron lo sucedido, luego del riguroso papeleo y periplo de más de 12 días, para lograr sepultarlo en su ciudad natal. El féretro fue depositado en el cementerio municipal, tras ser velado en la funeraria municipal.
El dominicano que laboraba como chef de cocina en un restaurante en el municipio de Luquillo de Puerto Rico recibió varios disparos en momentos en que llegaba a su casa, cerca de las 2:00 de la madrugada.
Nolis Antonio Mercedes, también se conocía como un asiduo jugador de gallos. Sus familiares expresaron que no hay personas detenidas con relación al crimen, aunque las autoridades tomaron muestras y levantaron información en el lugar del hecho.
La esposa y su hija desfilaron todo el trayecto de más de un kilómetro desde la funeraria hasta el cementerio.
Nolis viajó hace 16 años en busca del “sueño americano”, que pareció lograr al obtener su propio restaurante en un lugar importante, donde se aprestaba a instalarse, pero fue alcanzado por más de 20 disparos en la puerta de su vehículo, cuando se iba a desmontar al llegar a su residencia.
La escena fue inimaginable, cuando su prima, su esposa y los vecinos abrieron en el lugar encontraron el cuerpo sin vida de Nolis mortalmente herido y donde luego las autoridades tomaron huellas, fotos, levantaron muestras, y recogieron casquillos del arma disparada, mientras medios boricuas no descartaron un “ajuste de cuenta”, debido a que el móvil, no fue el robo.
El padre de la víctima, Antonio Mercedes, y su madre Manuela de Padua de la Cruz, residen en el kilómetro 7 de la carretera que une El Seibo con el municipio de Pedro Sánchez.
La víctima recientemente adquirió un local, donde instalaría su nuevo negocio, tras pasar varios años encargado de cocina del establecimiento donde laboraba, del que ya había acordado desligarse.
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