Miguel Phipps |
Phipps es un autor de los de la vieja escuela, para quien la Literatura, es un apostolado:
“La literatura no es un oficio: es un apostolado. En los apostolados, tú no eliges, Dios te elige. ¡Y dichosos los elegidos! ¡Dichosos los que poseen el don de escribir!”, dice, antes de apostillar que en el caso de la literatura infantil no escribe para el mercado, sino para los niños.
Hay escritores que vencen las humedades de sarcófago del ego y están conscientes de su misión en la sociedad. También, al respecto, es muy crítico, ataca a los escritores que quieren llegar, ascender de la noche a la mañana:
“La literatura conlleva un trabajo intenso y agotador. Hay en nuestro país muchos escritores que quieren llegar a la cúspide de un día para otro; lo que les convierte en escribientes de ideas. Y eso cada día retrasa más nuestro acervo cultural, lo que va en detrimento de los literatos dominicanos, dando por consiguiente oportunidad de penetración aplastante a los escritores extranjeros”, dice.
Miguel Phipps cree en el ejercicio literario y como académico fuertemente arraigado a la región Este de este país, cree que a la hora de escribir literatura hay que pensar en el niño, con sus propias emociones, su sensibilidad y la sensibilidad de la edad.
Sobre la valoración entendida de los intelectuales dominicanos a la interpretación de nuestra historia, de las batallas emblemáticas que libramos los dominicanos para sacarnos de esta tierra nuestra a los “ocupantes” haitianos, está claro y habla sin tapujos, al decir:
“Yo no le llamaría minimizar, sino que no han alcanzado el nivel de responsabilidad social que se les ha otorgado con la sapiencia. No han aprovechado las herramientas puestas en sus manos de manera oportuna para llevar al ciudadano a la toma de conciencia. Hay que ver cómo las mentes cambian bajo el influjo de las circunstancias del ambiente, y cómo se desenvuelven los sentimientos y pasiones. Un día están con el diablo, al otro día están con Dios: muestran una confusión constante en su opinar. La invasión haitiana nos laceró en el pasado. Hoy es preocupante la inmigración masiva de nuestros vecinos; porque a la República Dominicana le ha faltado carácter en la toma de decisiones”.
En esta entrevista hay un pensamiento, una voz clara, un artífice literario que escribe para niños y para adultos, con la literatura como canal por el que transita la sangre de un torrente de color y luz.
A continuación la entrevista:
Miguel Phipps, más de 60 libros publicados, una apreciable obra literaria en un país donde los índices de lectura nos brindan una panorámica negativa en cuanto al futuro de las letras, ¿vale la pena dedicarse al oficio literario en República Dominicana?
MP: La literatura no es un oficio: es un apostolado. En los apostolados, tú no eliges, Dios te elige. ¡Y dichosos los elegidos! ¡Dichosos los que poseen el don de escribir! La producción de literatura dominicana es una de las tareas más urgentes a la que deben incorporarse activamente un personal creativo del más alto nivel. La carencia de ese personal ha presentado un vacío cultural cuyas proyecciones son palpables en los bajos niveles de lectura de nuestros niños: Incentivamos la lectura o volvemos a la caverna.
Luciérnaga, El Pajarito Perdido, Dientesano, La niña que se convirtió en flor, son varios de sus títulos dedicados a los niños, ¿por qué escribir literatura infantil en un mercado saturado por la competencia, las promociones en los colegios privados? ¿Es buena la literatura infantil que se escribe en el país?
MP: Yo no pienso en el mercado; pienso en los niños. Cuando se asume el compromiso de escribir para los niños hay implícito un gran reto, duro, difícil. Ante la creación de un libro para niños se deben plantear varios niveles de la obra: Un nivel literario: La literatura es expresión de ideas y sentimientos por medio de la palabra. Un nivel psicológico: El niño no es un adulto en miniatura, sino que es un ser en desarrollo que percibe y asimila los fenómenos de la vida de acuerdo a sus propias leyes de crecimiento, dentro de un contexto social dado, sobre la base de sus experiencias y observaciones. Un nivel ideológico: La literatura, además de deleitar informa. En esta información va implícita una determinada escala de valores y sentimientos que forma una ideología. También el aspecto didáctico en la creación de un libro para niños es fundamental. La literatura nos ayuda a cumplir nuestra tarea educativa de desarrollar la personalidad de los niños y provocar que éstos construyan para sí una amplia concepción del mundo. En el desconocimiento de los aspectos anteriores, radica el vacío de la mayoría de escritores de literatura infantil en nuestro país.
¿Quién es Miguel Phipps para los niños, quién es Miguel Phipps para los adultos, son dos caras de un literato que se ponen en conflicto o pueden convivir el escritor de literatura infantil y el de literatura adulta, con sus claros patrones conceptuales?
MP: Es marcada la diferencia entre mi literatura para niños y la dirigida para adultos. En mis libros infantiles busco proporcionar al niño la identificación de sus intereses, problemas y expectativas, para que de ese modo él pueda crear su contenido y se acerque al mundo verdadero, sustentado por una escala de valores que vayan formando en el niño de hoy, las actitudes del hombre que en un futuro sea capaz de sostener, impulsar y recrear su mundo. Mientras que mi literatura para adultos trata de herir al lector. Siempre tejo la prosa oportuna para darle ese zarpazo que le lleve a la toma de conciencia del tema tratado. Y conocer la realidad, es el primer paso para intentar cambiarla.
¿Qué se escribe en nuestros días, más de lo mismo, se ha innovado o seguimos atados a los viejos temas de la Revolución de Abril, la era de Trujillo y algo por ahí del existencialismo?
MP: El relato es ante todo una exploración de la vida: refleja y describe de algún modo el impacto, la complejidad, la fructificación y la catástrofe de las emociones y los deseos humanos. El sello de la escritura es la innovación constante. La meta de un escritor no es contar una historia, ni conmover o divertir, sino llevar a entender el sentido oculto y profundo de los hechos. La mayoría de los libros publicados sobre la revolución de abril o la era de Trujillo, son acomodados a las circunstancias del momento. Todavía hay muchas gentes que no permiten que se toque esa tecla de una manera veraz.
Sé que la misión soberana de un escritor es escribir y hacerlo bien, pero, el escritor, como testigo de su tiempo siente y padece las angustias de su sociedad, ¿debe el intelectual dominicano involucrarse en los procesos políticos para provocar, de algún modo, un cambio?
MP: Siempre se ha escrito. No hay un hecho que haya tocado las fibras de un escritor, que no haya recibido plasmada la tinta de su sangre. No hay un arma más potente que la escritura. Está demostrado que el sermón y la escritura tumban un gobierno anquilosado. Los políticos tienden a rehuirle a los intelectuales, les interesan los borregos: a los escritores serviles: con un don, pero sin personalidad. ¿Por qué ningún político quiere a un intelectual con carácter a su lado? Porque lo que les interesa son muchachos de mandado; personas que se dejen utilizar por el poder político.
¿Por qué escribir, aferrarse a la literatura, cuando sabemos que se trata de un oficio en decadencia? ¿Está la literatura en decadencia?
MP: La literatura no está en decadencia; lo que está en decadencia son los buenos escritores. A un escritor no se le juzga solamente por el tema de sus relatos, sino por su presencia viva en el seno de la colectividad, por el hecho de que el compromiso total de su persona es una garantía indesmentible de la verdad y de la necesidad de su obra, por más ajena que esta pueda parecer a las circunstancias del momento. El buen escritor habrá de transmitir al lector como se transmiten las cosas fundamentales: de sangre a sangre, de mano a mano, de hombre a hombre. Por eso, la singularidad temática, tensión e intensidad son la base de la estructura escritural.
¿Qué opina del desdén que se muestra desde muchos ámbitos hacia los autores dominicanos y las preferencias de autores del exterior sobre nuestros escritores, es cierto que esto se debe a que tienen una mayor calidad o que se trata de una realidad impuesta por las propias deficiencias sistémicas del país?
MP: La literatura conlleva un trabajo intenso y agotador. Hay en nuestro país muchos escritores que quieren llegar a la cúspide de un día para otro; lo que les convierte en escribientes de ideas. Y eso cada día retrasa más nuestro acervo cultural, lo que va en detrimento de los literatos dominicanos, dando por consiguiente oportunidad de penetración aplastante a los escritores extranjeros.
¿Qué escritor dominicano lo representa?
MP: José Mármol. Siente respeto por la literatura. Los poemas de Mármol son de consulta obligatoria. Muestran un estilo que oscila entre la ternura y el delirio, el sueño y la vigilia, y donde un elemento extraño a las normas de la realidad emerge de la claridad y la elegancia de sus versos.
¿Han sido responsables los intelectuales dominicanos con su realidad, sus valores o traidores como denuncia Manuel Núñez en su libro El Ocaso de la Nación Dominicana, al minimizar las luchas patrióticas de la Independencia ante las tropas haitianas?
MP: Yo no le llamaría minimizar, sino que no han alcanzado el nivel de responsabilidad social que se les ha otorgado con la sapiencia. No han aprovechado las herramientas puestas en sus manos de manera oportuna para llevar al ciudadano a la toma de conciencia. Hay que ver cómo las mentes cambian bajo el influjo de las circunstancias del ambiente, y cómo se desenvuelven los sentimientos y pasiones. Un día están con el diablo, al otro día están con Dios: muestran una confusión constante en su opinar. La invasión haitiana nos laceró en el pasado. Hoy es preocupante la inmigración masiva de nuestros vecinos; porque a la República Dominicana le ha faltado carácter en la toma de decisiones.
¿Para Miguel Phipps, qué se debe hacer para construir un mejor presente nacional?
Lo primero es que hay que arrebatarles el país a los políticos. Estamos a un paso del abismo. Si no nos empoderamos, la generación venidera nos pasará factura. Y no hay un arte que pueda concienciar más que la escritura.
¿Qué opina de la situación actual de los escritores dominicanos? ¿Quién es escritor, el que escribe o el que publica?
MP: Los escritores han hecho su trabajo. Sólo se necesita que las casas editoriales redefinan su política de mercadeo con relación a la literatura dominicana. El Estado debe promover cuantas acciones sean necesarias para proyectar sus valores literarios. Si no se escribe no se publica; y si no se publica cómo le llega el mensaje al lector. No hay nada más frustrante que un manuscrito encallado. Con el propósito de incentivar y difundir aún más la literatura, la Universidad Central del Este aumentó la dotación del Premio de Literatura UCE a ciento cincuenta mil pesos; y al escritor ganador se le entregará el 20% de los libros impresos.
Los escritores vemos en la Fundación Corripio, el estandarte de la literatura dominicana, que reconoce y apoya el talento nacional.
¿Existe una novela dominicana? ¿Quién la escribió?
MP: Existen muy buenas novelas dominicanas, por ejemplo, puedo citar: La Mañosa de Juan Bosch; La Mosca soldado, de Marcio Veloz Maggiolo; Las Calles enemigas de Roberto Marcallé Abreu; Escalera para Electra, de Aída Cartagena Portalatín; Solo Cenizas hallarás, de Pedro Vergés; entre otras.
¿Qué opina de los autores jóvenes dominicanos?
MP: Hay excelentes. Sólo quiero expresarles que escribir es un compromiso serio, cargado de autodisciplina y un alto grado de humildad, que tiene como base la buena lectura. Que escriban para el futuro, pues es bien sabido que la posteridad hace justicia. Mientras mejor escriban más lectores tendrán. Y tener presente que el método de un escritor no es otro que el de su sensibilidad, su manera de percibir el mundo.
¿Se eliminaron las capillas literarias que tanto daño histórico han hecho o siguen en pie?
MP: Yo no les llamaría capillas literarias, sino tendencias partidistas literarias. Los grandes escritores que le muestran al pueblo, son los del partido de turno. En los eventos literarios relevantes, sólo están los escritores “elegidos”.
¿Qué opina de las intervenciones de los intelectuales dominicanos en las redes, se abusa de Facebook, los temas que tratan son frívolos, inducen al debate o deberían alejarse un poco?
MP: Las redes sociales son una herramienta esencial en la sociedad actual. Deben servir para dar y recabar información. Algunos escritores, la utilizan de manera inadecuada.
Finalmente, ¿Quién es Miguel Phipps?, que los niños, los adolescentes y los jóvenes puedan entender las razones de su trayectoria en la literatura dominicana.
MP: Un escritor que ha usado los dones de su pueblo. Mis relatos son el producto del concierto étnico que recorre por mis venas. Tengo dos imágenes en mi memoria y corazón: el humear de la chimenea del Ingenio Consuelo, y los bellos atardeceres de San Pedro de Macorís. En resumen, soy una persona que, desde hace 39 años, tomó como escudo la literatura para sobrellevar los infortunios que te presenta la vida.
Biografía activa
Académico, cuentista, novelista, narrador de literatura infantil, miembro de la Academia Dominicana de la Lengua, del Consejo Nacional de Cultura, Jurado ante el Premio Nacional de Literatura, y Presidente del Consejo Editorial de la Universidad Central del Este en la República Dominicana.
Nació en el Ingenio Consuelo, provincia San Pedro de Macorís, en 1955. Hijo de David Phipps (Inmigrante Cocolo) y Venecia Cueto (dominicana). Está considerado como uno de los escritores dominicanos más prolíficos de la última década.
Reconocido como Hijo Ilustre y Meritorio del Municipio Consuelo, Hijo Distinguido de San Pedro de Macorís, Egresado de Honor de la Universidad Central del Este. Galardonado: Un siglo de Protagonistas Macorisanos. Movimiento Cultural Dominicano: Trabucazo del año 2004. Premio Nacional de Literatura Infantil.
Su preparación profesional incluye: Maestría en Administración Educativa, Post-Grado en Supervisión educativa, Post-Grado en Metodología de la Enseñanza, Licenciado en Educación, Mención Biología y Química, Maestro Normal Primario, Diplomado en alta Gerencia de Recursos Humanos y Diplomado en Código Laboral.
Es reconocido por el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Educación, la Presidencia de la República, la Academia Dominicana de la Lengua, el Consejo Nacional para la Niñez (CONANI), y el Instituto Nacional Técnico Profesional (INFOTEP).
También, ha sido reconocido en las provincias de San Juan de la Maguana, Monte Plata, San Cristóbal, Elías Piña, Barahona, Monte Cristi, Dajabón, La Romana; y los municipios de: Las Matas de Farfán, Bayaguana, Quisqueya. Por los colegios: Villas del Mar Internacional, Cristo Rey, Psicopedagógico y Limardo. Institutos: “El Contador” y el Instituto Dominicano de Seguros Sociales. Los hospitales: Jaime Oliver Pino, Dr. Luis Beras, Carl Teodoro George, Dr. Antonio Musa. El Central Romana, Cámara de Comercio y Producción, Inc. San Pedro de Macorís, Cámara de Comercio y Producción, Inc. San Cristóbal, Sindicato de Choferes SITRAHAM, Grupo Empresarial Detallista y la Fundación Espacios Culturales.
Una biblioteca en el Municipio Consuelo tiene su nombre. En la XIII Feria Internacional del Libro, Santo Domingo 2010, una calle ha sido dedicada al laureado escritor.
El periódico Hoy, a través de su revista Tinmarín, realizó un concurso nacional con su cuento Nacimiento Divino.
La revista Al Compás, del periódico Listín Diario en la República Dominicana, ha publicado varios de sus libros infantiles.
Por su calidad literaria, el periódico Listín Diario publicó su cuento perfecto: Virginidad Sacrílega; y en el mes de diciembre del 2004, el mismo periódico publicó de manera completa Nacimiento Divino.
Textos suyos son estudiados en escuelas y universidades y han sido antalogados en sucesivas publicaciones nacionales e internacionales, de los cuales algunos han sido traducidos al italiano. Su colección de cuentos El Seno de lo Prohibido fue reeditado ocho veces y Las Hogueras del Infierno cinco.
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