Muchas personas creen que es una fábula o vieja leyenda, el hecho de que un día “el burro le habló al amo”. La versión es verídica, está narrada en las Sagradas Escrituras, específicamente en el Libro de Números en donde se relata la historia de Balaam y su asna, quien fue llamado por los moabitas para maldecir el pueblo de Israel, elegido por Dios.
Si tiene dudas de que en realidad una asna o burra habló, solamente tiene que acudir a la fuente primigenia de la Biblia para darse cuenta de que todo fue cierto. La historia está completa en el Antiguo Testamento: Números 22:21-40.
Citamos este pasaje bíblico a propósito de que en la República Dominicana, se tiene la idea, transmitida progresivamente de generación en generación, de que, este día que llaman Jueves Corpus ( Corpus Christi) todos debemos llevarlo y respetarlo.
Inclusive algunos lo siguen relacionando con una vieja fabula, que escuchamos desde niño, de que un campesino no le hizo caso a este día y se fue cumplir con sus labores cotidianas, arando la tierra, y mientras estaba en la faena, ¡oh sorpresa! el buey le habló, suplicando lo dejase descansar al menos ese día destinado para ello.
Todo esto sigue siendo una leyenda puramente dominicana, pero en Europa también se tiene su propia versión, según la cual, en el año 1263, mientras un sacerdote celebraba la misa en la iglesia de la localidad de Bolsena (Italia), al romper la hostia consagrada brotó sangre.
Este supuesto “hecho milagroso”, muy difundido y celebrado, dio un impulso definitivo al establecimiento como fiesta litúrgica del Corpus Christi. Fue instituida el 8 de septiembre de 1264 por el papa Urbano IV, mediante la bula Transiturus hoc mundo.
Hoy jueves no se labora en la República Dominicana. La fecha fue impuesta como oficial mediante un Concordato firmado el hace 60 años, 16 de junio de 1954, entre el gobierno del dictador Rafael Leónidas Trujillo, y la “Santa Sede” en tiempos de Pío XII, considerado por muchos como “El pontífice de los dictadores y gobiernos represivos”.
Corpus Christ del latín, “Cuerpo de Cristo”, antes era llamado Corpus Domini (“Cuerpo del Señor”), es una fiesta de la iglesia oficialista, destinada a celebrar la Eucaristía. Se lleva a cabo 60 días después del Domingo de Resurrección.
Esta festividad surgió en la Edad Media, cuando en 1208 la religiosa Juliana de Cornillon promueve la idea de celebrar una festividad en honor al cuerpo y la sangre de Cristo presente en la Eucaristía. Así, se celebra por primera vez en 1246 en la Diócesis de Lieja (Bélgica).
La celebración de la eucaristía (del griego eucharistía, «acción de gracias»), llamada también Sagrada Comunión, Cena del Señor, Santísimo Sacramento, Santos Misterios o Santa Cena, es según esta iglesia es una fiesta tradicional.
¿Alguien podría darnos alguna base bíblica sobre la ceremonia religiosa en que se usa una ostia en lugar de pan sin lavadora, y en la que la ostia es una sola pieza, y no se parte como enseña la Escritura, y mucho menos se reparte el vino para tomen también todos los feligreses.?
Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados.
Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados.
Y os digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre.» (Mateo 26:26-29). Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad, este es mi cuerpo.». Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella.
Y les dijo: «Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos”. Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios.» (Marcos 14:22-25).
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