Se había pasado la noche soñando con ese juego, porque aquel sooftbolista amaba tanto ese deporte que hasta en sus sueños lo disfrutaba. Por eso, al anunciarse la visita de un equipo del interior, esa noche fue corta para soñar. Al día siguiente en el terreno de juego, grande fue su sorpresa cuando el dirigente anunció los jugadores que saldrían al pentágono.
¡No figuraba su nombre! No pudo entender la razón, porque desde la fundación del equipo de más de veinte años siempre fue un jugador entusiasta.
- No puedo creerlo – decía, moviendo la cabeza de un lado a otro, al tiempo que leía la lista que el dirigente había pegado en la pared con los nombres de los agraciados.
-Robert Rivera.
-Alexis Roa.
-Tony Caro.
-Braulio Rivera.
-Ramón Isambert.
-Carlos Roa.
-Julio Silvestre.
-Luís Flech.
-Alfredo Alcalá.
-Roberto Núñez.
-Pedro Eusebio.
-Loreto Álvarez.
De pronto, frunció el entrecejo pensativo, sus ojos lanzaban fuego.
- Lo único que me faltaba – se quejó irritado.
Todos los integrantes del equipo, que lo estaban vigilando, lo miraron al mismo tiempo y no pudiendo aguantar más estallaron con una risa sana y amistosa.
Luego que los jugadores se cansaron de reír, él se frotó los bigotes con manos sudorosas, al tiempo de levantarse del banco como un resorte.
- Ustedes son todos una balsa de maaa... - dijo.
-¿Por qué se ríen?
-¿Qué pasa? - preguntó el dirigente.
-Déjense de malcriaesas- dijo, porque hay que ganar este juego sea como sea.
-Mire- contestó el malcriao, usted es el primer abusador y si para reclamar hay que ser malcriao, desde este momento, yo soy “el Malcriao”.
Después todo volvió a la normalidad y no pasó de ser un acontecimiento más de los tantos que pasan cuando la amistad es verdadera y los amigos se quieren con todas las imperfecciones que nos da la vida. También porque es costumbre entre jugadores, la chercha y los comentarios, como cuando dice Alfredo Alcalá:
-Tuve que fregar los trastes y la bacinilla, sino mi mujer no me dejaba venir al juego.
-Pero eso no es nada- dice Loreto Álvarez, Alberto Pérez paga salida en su casa.
-¿Cuánto?- pregunta Tony Caro sorprendido.
- Quinientón – contesta Ramón Isambert pasándose la mano por la calva. En este deporte, suceden cosas inolvidables que siempre permanecerán en el recuerdo, como un día que vino de visita el equipo del artista Fernando Villalona a jugar con las estrellas del sooftbal de San Pedro de Macorís, integrado por los ex-jugadores de las grandes ligas; al batear el artista en su primer turno, antes de entrar a la caja de bateo pidió tiempo, llamando a los astros Ricardo Carty, Joaquín Andujar, Pepe Frías y otros, diciéndoles: - Las estrellas tienen que brillar siempre y donde quiera, díganle al picher que me considere, porque el estadio está lleno y no me quiero ir en blanco – dijo.
Su petición fue aprobada, entra a la caja de bateo y el lanzador le tira una “güebita”.
¡ flaicito a primera !.
En otra ocasión en un juego importante, se presentó una jugada de corrido y bateo, el corredor se lanzó al robo, el bateador abanicó en tres y dos y el receptor con un tiro certero cazó al corredor en segunda base, pero el árbitro, medio borracho, no se dio cuenta de nada y en su turbación al recibir la presión de ambas partes, cantó:
- Ni ao' ni sey' en segunda y el bateador está en tres y tres.
¡Qué barbarazo!
Estas son las cosas que si bien son inolvidables para “el Malcriao”, como pasó a llamarse entre sus compañeros desde aquel día, resultan además intolerables porque la considera como manifestaciones del monstruo disociador (abuso de poder) que hasta en las sanas entretenciones entromete sus tentáculos, con el fin de dividir para oprimir y que solo puede ser vencido por la fraternidad, la sinceridad y la cohesión real del grupo.
Para “el Malcriao”, mantener la armonía y la convivencia en el equipo, estaba por encima de las acciones inapropiadas de uno u otro, porque hace sus malcriaesas con gran jococidad, siendo ésta, otra manera de expresar las verdades, evitando de modo alguno romper la sana amistad que existe entre los miembros del equipo de sooftbal del cual es jugador, fanático y fundador. Todas estas razones son las que le hacen responder hasta por teléfono con esta expresión cuando lo llama con voz conocida cualquiera de los integrantes del equipo:
-¿Usted sabe con quién está hablando?
-¡Es el malcriao que le habla!...
1 comentario:
EXCELENTE, "MARCRIAO"...SALUDOS CORDIALES A TODOS DE JUAN GONZALEZ
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