La cárcel de El Seibo se ha convertido en un foco de contaminación para esa ciudad, en razón de que fue construida en 1958 para 186 internos y hoy aloja a más de mil reclusos que comen y hacen sus necesidades fisiológicas en medio de un hacinamiento brutal.
La queja la externó ayer la senadora Yvonne Chahín Sasso, quien exhortó al procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, a que acoja el dispositivo de una resolución del Senado que le solicita la construcción de un centro de corrección y rehabilitación moderno en esa provincia.
La legisladora del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) dijo que este problema de hacinamiento demanda una solución urgente y eficaz. Significó que desde su llegada al Congreso lucha porque los internos de las cárceles y, particularmente los de la de El Seibo, purguen sus penas en situación digna y sin violación de sus derechos.
En este caso, manifestó la congresista, se trata de un problema grave de hacinamiento, ya que se traduce en contaminación tanto dentro como fuera del recinto carcelario. La Romana, Puerto Plata. Una situación similar ocurre en las cárceles de La Romana y Puerto Plata, según denuncias recogidas por este medio.
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