SANTO DOMINGO.- El presidente Leonel Fernández anunció anoche el lanzamiento de un “Plan Nacional de Recuperación”, que conllevaría una inversión en lo inmediato de 8 mil millones de pesos, para hacer frente a los destrozos causados por la tormenta tropical Noel, los cuales fueron definidos por el mandatario como “una verdadera catástrofe nacional”.
El jefe del Estado dijo que el Gobierno está identificando fuentes de recursos, tanto en el plano interno como en el externo, para la ejecución de las tareas, entre las que citó como medida prioritaria el inicio de un proceso masivo de reparación y construcción de viviendas para los damnificados. Además, la reconstrucción acelerada de escuelas, puentes, carreteras, caminos vecinales, acueductos y sistemas eléctricos dañados por la tormenta.
El plan incluye una moratoria de seis meses en el pago de los intereses a pequeños y medianos productores cuyas cosechas fueron dañadas por el fenómeno, recapitalizar el Banco Agrícola por un monto de 1,200 millones de pesos para financiar nuevas cosechas y eximir el pago del anticipo del Impuesto Sobre la Renta a los contribuyentes cuyas instalaciones estén ubicadas en las zonas afectadas.
El presidente Fernández hizo el anuncio durante un discurso de 25 minutos que pronunció a todo el país, a través de una cadena de radio y televisión, desde el el salón de Las Carátides del Palacio Nacional, donde estuvieron presentes más 500 personas, entre funcionarios, diplomáticos, representantes eclesiásticos, de instituciones civiles y del Poder Judicial, legisladores y familiares de víctimas de la tormenta.
El mandatario dijo que solicitó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y al Consejo Nacional de Asuntos Urbanos (CONAU), el diseño de un plan para hacer cumplir la prohibición de asentamientos humanos en los lechos, cauces de ríos, zonas expuestas a variaciones marinas, terrenos inundables, pantanosos o de relleno. Por igual, cerca de zonas industriales, basureros, vertederos municipales, depósitos o instalaciones de sustancias peligrosos, bases militares, lugares donde existan probabilidades ciertas de la ocurrencia de desbordamiento de aguadas, deslizamiento de tierra y cualquier condición que constituya peligro para la vida y la propiedad de las personas.
DestrozosTras recontar los daños provocados por la tormenta, Fernández señaló que las áreas más afectadas fueron las provincias y comunidades de San Cristóbal, la Cueva del Duey, en Villa Altagracia, San José de Ocoa, Baní, Azua, Barahona, Bahoruco, Neyba, San Juan de la Maguana, Bonao, en Monseñor Nouel, Cotuí, en Sánchez Ramírez, La Vega, la zona del Bajo Yuna, en la provincia Duarte, Salcedo, Nagua, Monte Plata y el área del Bajo Yaque del Norte, en Mao. Según su informe, en el Distrito Nacional y en la provincia de Santo Domingo, fueron igualmente perjudicados los sectores de Gualey, Guachupita, La Zurza, Las Cañitas, La Ciénaga, Los Minas, La Barquita, Sabana Perdida, Herrera, Manoguayabo, Los Guaricanos, La Victoria, El Tamarindo, El Bonito, Cancino y Cancino Adentro. Añadió que de acuerdo a los datos de la Comisión Nacional de Emergencia, fallecieron 85 personas y se registran 48 desaparecidos, y que de 76 mil personas desplazados y refugiados, 14,340 permanecen en albergues.
Fernpandez dijo que el número de viviendas afectadas es de 19 mil 688, de las cuales 16 mil 503 son reparables, pero hay 3 mil 185 que fueron completamente destruidas, y que, por otra parte, 290 centros educativos fueron impactados por la tormenta tropical, lo que representa 2 mil 237 aulas. De esos centros, 54 aún permanecen ocupados por damnificados.
En adición, según el mandatario, 235 centros educativos requieren la sustitución o reparación del mobiliario escolar, limpieza y fumigación; y cerca de 50 mil estudiantes perdieron sus libros de texto, uniformes, calzado, mochilas y útiles escolares.
Señaló que de igual forma, 155 acueductos quedaron fuera de servicio, unos por problemas de energía eléctrica, otros por haber sido dañados en su obra de toma, y otros todavía, por haber sido afectados en la línea de conducción. Calificó de inmensos los daños, que según afirmó, sufrió la infraestructura de riego, presas y cauces de los ríos del país, a través de los canales, sistemas de drenaje, diques, reservorios, obras de toma, sistemas de bombeo, bermas y caminos de acceso.
Añadió que de las centrales hidroeléctricas de Jiguey, Aguacate, Valdesia y Río Blanco, dijo que quedaron inicialmente incomunicadas, al ser afectados los caminos de acceso. Destacó los esfuerzos del personal de la CAASD y de la CDEEE para la recuperación en un 95 del servicio de agua en la provincia de Santo Domingo y del Distrito Nacional.
Sobre la agricultura el mandatario y la pecuaria dijo que fueron diezmadas en la mayor parte del territorio nacional, y que en Barahona, Bahoruco y Azua los cultivos de plátano y guineo sufrieron daños de hasta un 95 por ciento. En San Juan de la Maguana, las áreas de arroz y habichuelas sufrieron graves y de igual manera aconteció en las regiones del Nordeste.
En la pecuaria, entre ocho mil y nueve mil cabezas de ganado de carne perecieron, arrastradas por las aguas generadas por las inundaciones, y en materia de infraestructuras, 43 puentes fueron dañados y 31 carreteras impactadas, dejando aisladas cerca de 150 comunidades, señaló Fernández.
DRAMA HUMANODurante su discurso, Fernández narró que el nivel de angustia , ansiedad y desconsuelo por el que han tenido que atravesar muchas familias que perdieron sus miembros y todo lo material en las violentas crecidas de los ríos, resulta indescriptible. Su grado de ficción es desgarador.Citó el relato del periodista Yoni Cruz, publicado por LISTÏN DIARIO, sobre el infortunio que penetró al hogar de Rafael Marte y Mónica Quiroz, a quienes las corrientes del río Bonao les arrebató a dos hijos de las manos. La familia estaba presente y Fernández dijo que no le faltará el auxilio del gobierno.Narró que en Villa Altagracia, en La Cueva del Duey, Martín Suero, de 12 años, perdió a su padre, a su madre y a sus ocho hermanitos, pero que su maestra de escuela, Catalina Mejía, en un acto de humanismo piadoso, decidió quedarse con niño, por lo que el gobierno le fijó una pensión para garantizarle al niño lo que necesite. El niño y a la profesora Mejía estaban presentes
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