Padre de mujer secuestrada no entregará dinero sin saber si su hija está viva

SANTO DOMINGO, RD.- “Tenemos lo que tú quieres y tú tienes la paca”, fue la frase vía llamada telefónica que escuchó José Martínez, padre de Wilma Teresa Martínez Barrientos, desaparecida hace más de un mes en Higüey, quien ya ha recibido tres llamadas y está renuente a pagarlos sin antes saber si su hija se encuentra viva. Familiares de la joven desaparecida revelaron este miércoles que se trata de un secuestro y que ya han recibido varias llamadas de los delincuentes, quienes piden 2 millones 500 mil pesos de recompensa, pero el padre se niega a entregar el dinero sin escuchar a su hija. Cuarenta días tiene la familia Martínez Barriento sin saber del estado de salud de Wilma, una próspera empresaria de la provincia la Altagracia secuestrada en circunstancias no aclaradas.

Por el caso está detenida Crismeiri Guerrero, alias la Gorda, quien admitió su participación en el rapto.

Los familiares informaron además, que las llamadas provienen de teléfonos públicos, según muestran los registros realizados. Asimismo esperan que las autoridades puedan dar con los responsables del hecho, aunque apuntan que Crismeidi Guerrero, aunque se encuentre presa por el caso, está incidiendo en el secuestro.

Los familiares de Wilma Teresa estuvieron acompañados del Comité Dominicano de Derechos Humanos (CDM), y demandan además que designen el caso a Frank Soto, procurador adjunto que investigó la muerte del periodista José Silvestre. Alegan que el fiscal actual, Lucas Pérez, ha sido muy permisivo en las investigaciones.

Wilma, de 27 años, desapareció el día ocho de julio. Hace poco más de un año que ella fijó su residencia en el país después de haber vivido desde los 19 años en Suiza. Con la intención de invertir en una tienda de decoración de interiores, se asoció con Crismeide Guerrero, “La Gorda”, principal sospechosa de su desaparición. Por el hecho cumple tres meses de prisión preventiva en la cárcel de La Romana.

Una de las versiones que se maneja es que el viernes ocho de julio Crismeidi visitó a Wilma en su residencia, de donde salieron juntas. Desde entonces, no se supo más de ella.