La Altagracia. Dos hermanos de Maribel Buriticá, la mujer colombiana desaparecida desde el pasado viernes en Punta Cana, agotan los trámites de visado para viajar a República Dominicana.El único pariente que tiene la dama en el país es un sobrino que trabaja como camarero en un restaurante de Bávaro. Jimmy Pérez Buriticá, de 32 años, dijo que hace un mes que no conversaba con su tía. “Ella trabaja mucho y yo también. Se nos hace difícil vernos con la frecuencia que quisiéramos, pero estamos pendientes el uno del otro. Tenemos una buena relación”, aseguró.
En Colombia, Maribel tiene cuatro hermanos y una hermana. Sus padres murieron. Tanto la Policía de Verón-Punta Cana, como el fiscal que lleva el caso, Gendry Ramírez, rehúsan ofrecer detalles de la investigación “para no entorpecerla”.
El coronel Luis Sánchez Mejía, director adjunto de Investigaciones Criminales de La Altagracia, informó que han interrogado a personas cercanas a la dama pero todavía no tienen a nadie detenido.
El equipo de investigación de esta provincia fue reforzado con el director general del Departamento de Investigaciones Criminales, Héctor García Cuevas, y técnicos del Departamento de Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, quienes han hecho un recorrido por los lugares en los que estuvo Maribel, de 33 años, el día que desapareció.
Aquel viernes cuatro de mayo, la madre de dos niñas de 9 y 10 años salió de su casa como de costumbre a cumplir su jornada laboral como Gerente de Grupos de Manatí Park. Para las 10:00 a.m. tenía pautado su primer compromiso.
Pasadas las 3:00 p.m. llamó a la señora que cuida de sus hijas para pedirle que no se marchara hasta que ella llegara. El apartamento de Maribel se encuentra en un exclusivo residencial de Punta Cana, que cuenta con estricta seguridad. A las 4:00 p.m. cumplió con otro compromiso de trabajo en un hotel de la zona. Maribel tiene dos meses trabajando en el parque marino Manatí Park, de Bávaro, donde goza del aprecio de sus compañeros. Antes había laborado en Cap Cana.
El propietario del parque, Javier Moreno, la describió como una empleada muy responsable y un ser humano excepcional. “Es una mujer muy alegre, sociable, dedicada a su trabajo. Todo esto nos parece muy extraño”, indicó. Lo último que se supo de ella fue que a las 7:00 p.m. pasó por un supermercado de la Plaza San Juan, en Bávaro, y diez minutos más tarde confirmó su asistencia vía correo electrónico para una reunión que sostendría el martes pasado con su jefe.
Ese día Javier se comunicó con Maribel para pedirle que participara en una excursión que se efectuaría al día siguiente. “A ella no le correspondía eso, pero por su responsabilidad yo le pedí que asistiera. El sábado a las diez de la mañana la llamé varias veces, pero no contestó”, narra.
Amigos de Maribel pusieron la denuncia en la Policía y desde entonces han conformado su propio equipo de búsqueda. Entre todos alquilaron un helicóptero para recorrer la zona y ver si encuentran el carro Honda Accord blanco en el que se desplazaba el día de su desaparición. Las hijas de Maribel están con su padre en el Distrito Nacional. “Las niñas preguntan constantemente por su madre. La situación con ellas es muy difícil, ya que tienen conciencia de todo lo que está pasando”, expuso el padre de las pequeñas, quien prefiere mantenerse anónimo, y lleva cinco años separado de Maribel.
La única angustia que perturbaba a la dama era el acoso que sufría de un canadiense identificado como Gordon Wilson, quien tenía una orden de alejamiento. Javier expuso que hace un mes que ese señor acudió al parque procurando cómo contactar a su empleada, pero no le dieron ninguna pista. Sin embargo, el extranjero logró comunicarse con ella por correo electrónico. La Policía aún no investiga al canadiense, porque supuestamente salió del país cinco días antes de que desapareciera Maribel. La Policía investiga ese dato.
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