La madre 
de un joven muerto a balazos por la Policía el 2 de enero en La Caleta denunció que su hijo no era delincuente, como informó esa institución, y una investigación del caso.
La comerciante Angélica Céspedes Sánchez se quejó de que a pesar de que le mataron a su hijo Argelis Guillermo Mejía Cépedes, “después de muerto le quieren ensuciar su nombre”, diciendo que era buscado por estar implicado en varios delitos.
La mujer presentó en la redacción de El Nacional una certificación de no antecedentes judiciales de su hijo, obtenida después de su muerte. El acta, que afirma que el joven de 18 años no tenía antecedentes judiciales, está firmada por el oficial Perfecto Antonio Acosta Suriel. Está fechada el 9 de enero.
No obstante, un informe policial de donde partió una nota informativa publicada por este diario el 3 de ese mes dice que los tres hombres eran buscados por sus implicaciones en varios hechos delictivos registrados en los archivos de esa institución.
La mujer también negó que su hijo portara alguna arma, como informó la Policía, que asegura que les ocupó una pistola, un revólver y una escopeta calibre 12 a su hijo, a otro joven que también murió a tiros y a uno que resultó herido.
Al otro joven muerto la comerciante lo identificó como Maicol Emilio Medina al que la Policía sólo identificó al día siguiente al incidente como “Chapea”. Al herido la Policía identificó como Marcos Antonio Guzmán o Geraldino Pérez (Raulín).
De acuerdo a la Policía, el hecho ocurrió a las 2:30 de la tarde, “cuando los tres hombres, al notar la presencia policial la emprendieron a tiros, y en esa circunstancia la patrulla repelió la agresión matando a dos e hiriendo al otro”.
El otro muerto
Céspedes Sánchez sostuvo que un teniente mató de un balazo en la cara a Medina cuando el muchacho ya había levantado las manos en señal de rendición al arresto y que los otros oficiales le habían dicho que lo llevara preso.
“Agarró al muchacho y lo encañonó. El salió corriendo pero lo persiguió, y cuando lo acorraló otros policías le dijeron que ese no era el que estaban buscando. Pero cuando los policías le dieron la espalda le dio un balazo en la cara, volándole los sesos delante de todos los niños y todo el mundo que estaba ahí”, dijo la mujer.
de un joven muerto a balazos por la Policía el 2 de enero en La Caleta denunció que su hijo no era delincuente, como informó esa institución, y una investigación del caso.La comerciante Angélica Céspedes Sánchez se quejó de que a pesar de que le mataron a su hijo Argelis Guillermo Mejía Cépedes, “después de muerto le quieren ensuciar su nombre”, diciendo que era buscado por estar implicado en varios delitos.
La mujer presentó en la redacción de El Nacional una certificación de no antecedentes judiciales de su hijo, obtenida después de su muerte. El acta, que afirma que el joven de 18 años no tenía antecedentes judiciales, está firmada por el oficial Perfecto Antonio Acosta Suriel. Está fechada el 9 de enero.
No obstante, un informe policial de donde partió una nota informativa publicada por este diario el 3 de ese mes dice que los tres hombres eran buscados por sus implicaciones en varios hechos delictivos registrados en los archivos de esa institución.
La mujer también negó que su hijo portara alguna arma, como informó la Policía, que asegura que les ocupó una pistola, un revólver y una escopeta calibre 12 a su hijo, a otro joven que también murió a tiros y a uno que resultó herido.
Al otro joven muerto la comerciante lo identificó como Maicol Emilio Medina al que la Policía sólo identificó al día siguiente al incidente como “Chapea”. Al herido la Policía identificó como Marcos Antonio Guzmán o Geraldino Pérez (Raulín).
De acuerdo a la Policía, el hecho ocurrió a las 2:30 de la tarde, “cuando los tres hombres, al notar la presencia policial la emprendieron a tiros, y en esa circunstancia la patrulla repelió la agresión matando a dos e hiriendo al otro”.
El otro muerto
Céspedes Sánchez sostuvo que un teniente mató de un balazo en la cara a Medina cuando el muchacho ya había levantado las manos en señal de rendición al arresto y que los otros oficiales le habían dicho que lo llevara preso.
“Agarró al muchacho y lo encañonó. El salió corriendo pero lo persiguió, y cuando lo acorraló otros policías le dijeron que ese no era el que estaban buscando. Pero cuando los policías le dieron la espalda le dio un balazo en la cara, volándole los sesos delante de todos los niños y todo el mundo que estaba ahí”, dijo la mujer.
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