El embarazo es una etapa muy bonita en la vida de una mujer, sin embargo, luego de éste el cuerpo suele quedar con marcas como estrías, la piel se pone más flácida y las mamas pueden caerse un poco. Estos estragos pueden hacer que disminuya la autoestima de la mujer o que cambie en su intimidad por miedo a que la pareja la rechace.
Entre uno y otro parto es posible realizar cirugías plásticas para mejorar la apariencia física de una madre y evitar que ella caiga en una depresión posparto por los defectos causados por el embarazo.
“La cirugía plástica más frecuente después de un embarazo es la abdominoplastia que es retirar toda la piel que se ha puesto flácida y que se ha estriado, y se complementa con una lipoescultura de contorno corporal para lograr un resultado más agradable”, explica Franklin Peña Romero, cirujano plástico.
Nivel de riesgo
Peña Romero resalta que en cualquier cirugía el riesgo es el mismo, aunque disminuye bastante en las de tipo estético porque son pacientes selectivos, a los cuales se les estudia en la consulta inicial para evaluar la autoestima, las motivaciones y las expectativas del paciente.
También se examina la madurez emocional y la capacidad de decidir qué quiere mejorar de su cuerpo.
“Existe una enfermedad que se llama dismorfia corporal, que es cuando una persona se ve defectos que nadie más ve, por lo que es muy importante el estado emocional del paciente”, indica el profesional.
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