SAN PEDRO DE MACORÍS, RD.- La Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), decidió defender la labor de sus hombres y dar la cara por ellos ante la justicia de San Pedro de Macorís, a propósito de un sometimiento contra la institución por parte de un hombre detenido en marzo por alegadamente hacerse pasar como agente de narcóticos para “chantajear a personas y cobrarle dinero”. El hombre, hijo de un procurador adjunto de la Corte de Apelación de la indicada jurisdicción y hermano de un ayudante fiscal de La Romana, fue identificado como Roberto Enrique Encarnación Medina, contra el cual la DNCD presentó una querella penal por usurpación de funciones. Es hijo del magistrado Roberto Encarnación y hermano del fiscal Edwin Encarnación Medina.
Encarnación Medina fue arrestado en junio de 2010, a partir de denuncias recibidas en el sentido de que se dedicaba a presionar a personas para quitarle dinero, con el alagado de que así evitarían ser implicados en expedientes de droga, situación que motivó el inicio de una vigilancia para arrestarlo. Tras su detención fue entregado a su padre sin ser enviado a la instancia judicial correspondiente.
El portavoz de la DNCD, Roberto Lebrón, confirmó que el proceso está abierto en el Juzgado de la Instrucción de esa ciudad, por un lado uno instrumentado a partir de un querellamiento del imputado contra los miembros de la Inspectoría de la agencia y otro interpuesto por esta. Encarnación Medina alega que habría sido golpeado por los agentes y que por eso acudió a los tribunales.
“Es un proceso que está en manos de nuestros abogados, vía el Departamento Jurídico de la institución, de modo que cualquier información puede ser obtenida en la fiscalía o en la secretaría del tribunal apoderado”, dijo Lebrón, sin entrar en detalles. Advirtió que “la DNCD defiende y defenderá su integridad y buen nombre, lo mismo que la de sus integrantes que trabajan con apego al mandato de la ley y las normas éticas”.
Una de las personas supuestamente extorsionadas fue identificada como el puertorriqueño Juan Colón, a quien había prometido resolverle su problema en la DNCD, lo que fue determinado por los agentes cuando entraron en contacto con Encarnación Medina, previa conversación telefónica, para que acudiera a un lugar específico para entregarle el dinero que estaba reclamando al citado extranjero.
Se dijo que además de hacerse pasar como miembro de la DNCD, hacía lo mismo con una documento que lo acreditaba como “miembro activo” de la Policía. Fue liberado por la intervención de su padre y de su hermano, pero de todos modos procedió a depositar una querella criminal contra los agentes, contra los cuales un juez dictó medidas de coerción. Se les acusa de violar los artículos 309, 186, 341 y 265 del Código Penal.
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